Siempre que uno viaja en compañía de alguien que conoce al dedillo el lugar en el que te encuentras es una ventaja, yo diría que una gran ventaja.
Mi corta visita a Lanzarote se ha caracterizado por eso.
Joaquín y María José, dos buenos amigos, que por motivos de trabajo se vieron obligados a vivir durante 8 años en la isla nos sirvieron de guía en esta frenético viaje a Lanzarote, enseñándonos unos rincones que no se alejan de mi memoria viajera y que insistentemente me obligan a pensar que volveré a Lanzarote con más tiempo y con otro plan de viaje.
Alquilamos un coche y en distintas etapas pudimos conocer maravillosos parajes, la mayoría con el paisaje volcánico como protagonista y con una integración total con la arquitectura isleña llena de simplicidad y envuelta en una limpieza digna de ser mencionada.
Cuanto debe Lanzarote a Cesar Manrique y viceversa.
Adentrarte en el Parque Nacional de Timanfaya, atravesando La Geria y Tías, para ver el rastro dejado por erupciones volcánicas milenarias que han bañado en lava seca uno de los lugares más maravillosos que he conocido en mi vida.
Ver como ese mar de lava llega hasta la costa sur donde la erosión del viento y el mar han dejado paso a lugares preciosos como El Golfo, el Lago Verde o Los Hervideros, parar a tomar algo de aire mirando hacia las Salinas de Janubio camino de Playa Blanca y allí poder contemplar con que buen gusto han sabido integrar un poblado costero en playas paradisíacas para disfrute del turista y viajero.
Sin duda son muchos lugares los que me quedaron por conocer de Lanzarote pero espero algún día volver al menos para ver La Graciosa desde el Mirador del Río.
Gracias Joaquín por enseñar tanto en tan poco tiempo.
Mi corta visita a Lanzarote se ha caracterizado por eso.
Joaquín y María José, dos buenos amigos, que por motivos de trabajo se vieron obligados a vivir durante 8 años en la isla nos sirvieron de guía en esta frenético viaje a Lanzarote, enseñándonos unos rincones que no se alejan de mi memoria viajera y que insistentemente me obligan a pensar que volveré a Lanzarote con más tiempo y con otro plan de viaje.
Alquilamos un coche y en distintas etapas pudimos conocer maravillosos parajes, la mayoría con el paisaje volcánico como protagonista y con una integración total con la arquitectura isleña llena de simplicidad y envuelta en una limpieza digna de ser mencionada.
Cuanto debe Lanzarote a Cesar Manrique y viceversa.
Adentrarte en el Parque Nacional de Timanfaya, atravesando La Geria y Tías, para ver el rastro dejado por erupciones volcánicas milenarias que han bañado en lava seca uno de los lugares más maravillosos que he conocido en mi vida.
Ver como ese mar de lava llega hasta la costa sur donde la erosión del viento y el mar han dejado paso a lugares preciosos como El Golfo, el Lago Verde o Los Hervideros, parar a tomar algo de aire mirando hacia las Salinas de Janubio camino de Playa Blanca y allí poder contemplar con que buen gusto han sabido integrar un poblado costero en playas paradisíacas para disfrute del turista y viajero.
Sin duda son muchos lugares los que me quedaron por conocer de Lanzarote pero espero algún día volver al menos para ver La Graciosa desde el Mirador del Río.
Gracias Joaquín por enseñar tanto en tan poco tiempo.
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