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28 de julio de 2013

Mark Knopfler, el alma de Dire Straits

El nerviosismo del día va dejando poco a poco paso a la magia de una agradable y veraniega noche de verano.

Casi ocho meses hace que tengo mi entrada para ver a uno de los que, personalmente considero un mito viviente de la música.

Considerado por muchos el mejor guitarrista de todos los tiempos, no lo sé, pero sin duda alguna, uno de los mejores de la historia seguro.

Puntualidad británica en la Plaza de Toros de la Malagueta, las luces se apagan, el publico empieza a vibrar y siete músicos, su banda, entran en el escenario. Tras ellos, con parsimonia, paso firme y esos andares característicos, Mark Knopfler se presenta ante miles de seguidores venidos de distintos lugares, agita su mano izquierda, estira los dedos antes de llevarlos al traste, la mano derecha está preparada, mirada al suelo cargada de esa timidez que durante décadas lleva por escenarios de todo el mundo, alza un poco la vista hacia la Alcazaba malagueña y empieza el sueño, el “Sultán del Swing” ya ha arribado en puerto…

23 de julio de 2013

El tiempo. Nuestra más preciada mercancía (El monje que vendió su ferrari y el viajero que vendió su rolex)

Me he tragado un nuevo libro. De esos que algunos llaman de autoayuda y cuantos más libros de estos leo más me doy cuenta de que menos ayuda necesito porque poco me enganchan a la historia salvo frases lapidarias o capítulos interesantes que aporten algo a tu día a día.

No obstante, “El monje que vendió su ferrari” de Robin Sharma lo que me ha aportado principalmente es la similitud que a veces logras encontrar con estos personajes pseudo-ficticios que dando un giro radical a su vida logran ganar la batalla de su Yo interior y de alguna manera muestran a aquellos que lo leen o leemos, que siguiendo algunas pautas básicas de cómo debemos vivir, nuestra vida puede ser mucho más plena e interesante con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

Esta fábula cuenta la historia de un rico y ambicioso abogado que tras sufrir un infarto durante un juicio y estar a punto de la muerte decide cambiar de vida, abandonar sus vicios, sus lujos, su extenuada vida laboral y su envidiada forma de vivir para trasladarse al Tibet junto a los Sabios de Sivana, convertirse en monje y volver un día para transmitir su sabiduría, serenidad, sencillez y armonía a uno de sus antiguos pupilos del bufete de abogados y en consecuencia a la vida que actualmente tiene.

Trece capítulos que permiten obtener una visión de que debemos hacer para ser mejores con nosotros mismos y con todo aquello que tenemos cerca.

Un libro cargado de citas interesantes y que tras terminar de leer su última página me prometí que fuese el último de estas características salvo una deuda que tengo con otro texto que comentaré en otro momento.

Sharma habla en el libro de dominar la mente, de marcar tu propósito en la vida, de vivir con disciplina, de servir desinteresadamente a los otros, de abrazar el presente y de la “más preciada mercancía” que tiene un ser humano.

El tiempo.

18 de julio de 2013

El Caminito del Rey. Si no arriesgas, no cumples tus sueños...

Un sábado de julio, cuatro y media de la tarde. Bar de la Estación de El Chorro.

Pido un café con leche, no se si para matar los nervios o por el simple hecho de lo maravilloso que es tomar un café entre las cuatro y las cinco de la tarde cualquier día.

Tres hombres sentados en una mesa afuera. Pregunto en el bar por Sergio y allí, en esa mesa junto con Victor y el Carni estaba Sergio sentado, tomando una litrona y comiendo un bocadillo.

A veces, por cosas del azar o quien sabe si de forma premeditada te cruzas con gente en la vida que son especiales por su manera de entenderla y de vivirla.

Sergio será mi guía, nuestro guía durante la travesía del conocido, increíble y maravilloso, Caminito del Rey.

Un saludo, las correspondientes presentaciones y una charla de media hora en la que rompemos el hielo e intentamos dejar a un lado el miedo o respeto al tan deseado camino.

Mochila en ristre, material a la espalda y empezamos la caminata hasta el puente del tren que da paso al inicio del primer cañón del Desfiladero de los Gaitanes, y allí, frente a una de las estampas que más me emocionan y me impresionan de todas las que he visto jamás se presenta, pegado a la pared de manera casi inexplicable, con la decadencia del paso de los años pero con la belleza desgastada de las miles de aventuras vividas a través de su recorrido, el Caminito del Rey.