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6 de mayo de 2013

El Camino Mozárabe de Santiago, un nuevo Camino.

He vuelto a ser peregrino, hoy he sentido como el veneno jacobeo sigue corriendo por mis venas.

He vuelto a caminar por senderos marcados por flechas amarillas y conchas peregrinas.

Hoy he iniciado, quien sabe, si un nuevo Camino de Santiago.

Veredas, senderos, cruces, arroyos y cantos de pájaros compartiendo la ruta. Trigales, cortijos, pastores, rebaños, perros ladrando y amapolas a mi paso.

Y no por tierras gallegas, ni por caminos franceses, portugueses o primitivos.

Por el sur, por mi otra tierra, la Costa del Sol y a escasos kilómetros del mar mediterráneo.

Hay un camino que hoy he descubierto, que hoy sale a mi encuentro y que une Málaga con Córdoba y la ciudad califal con Mérida, para luego desde allí buscar la gloria peregrina por la Vía de la Plata hasta Santiago de Compostela.

1 de mayo de 2013

Encuentros

Paseas a los pies de la Alcazaba de Málaga una agradable noche, esperas para cruzar de calle y frente a ti, en la otra acera, aparece una estrella. Una Estrella de nombre, por apellido Morente y la noche pasa a convertirse en única e irrepetible.

Encuentros.

Como éste, fortuitos, sin esperarlos y sin imaginarlos casi, son los encuentros que me gustan, los que anhelo y los que sueño.

Existen otros tipos de encuentros y también existen, los reencuentros.

Encontrarse en cada amanecer con un nuevo día o como dice Miguel “el bicho” con la escarcha en las amapolas y los tallos de las cebollas, encontrarse en lo más alto de una cima y gritar libertad.

Encontrar el sueño imposible, imaginar el encuentro de un sueño imposible y encontrar la gloria de alcanzar una meta y un reto personal casi improbable tiempo atrás.

Encontrarte con tu primer beso, con tu primer abrazo hermano y con la primera sonrisa de ese hijo que tanto deseas.

Pasear por una ciudad cualquiera, una mañana cualquiera y como por arte de magia girarte y encontrarte con esa persona que tanto hace que no ves, que tanto deseas ver y no esperas, o que nunca imaginarías que pudieses ver, pero ahí está, frente a ti.