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29 de junio de 2013

Gracias Mandela, gracias "Madiba"


Define John Carlin en su libro “El factor humano” a Nelson Mandela como a un hombre que apuntaba a la semilla oculta que alberga cada ser humano, sabiendo sacar lo bueno que yace en el fondo de las personas.
 
 
Ahora, en el preciso momento que escribo, el gran Madiba se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Johannesburgo, rodeado de sus familiares y sobre todo con su pueblo, negros y blancos, blancos y negros, pendientes de su estado de salud.Y lo que es mayor aún, todo el pueblo del planeta también lo está.

Porque Mandela no es cualquier mortal, Mandela es de ese tipo de hombres que mi generación ha conocido desde siempre, hemos crecido con él y es ese tipo de personas que crees que son eternas, inmortales y que nunca llegará el momento de abandonarnos para siempre.

Pero “el abuelo”, premios nobeles de la paz y reconocimientos internacionales aparte, nos dejará un legado cargado de solidaridad, bondad y un ejemplo universal para la raza humana, en el que cuando un ser humano cree firmemente en un sueño, puede cumplirlo independientemente de las trabas, adversidades e inconvenientes que la vida ponga ante uno.

En sus casi tres décadas encarcelado en Robben Island tuvo claro que, al igual que Luther King, su gran sueño era que a la gente de su país se le juzgara, no por el color de su piel, sino por su carácter.

1 de junio de 2013

Ronda es, Andalucía



Si algún día me preguntaran.

Para ti, ¿qué es Ronda?

Tomaría aire y por mi cabeza pasarían todas aquellas estampas que dejaron esos viajeros románticos del siglo XIX, sentiría un pueblo único, de gente peculiar y de costumbres arraigadas por los años.

A mi retina llegarían bandoleros, pintores, escritores, restauradores, rockeros y toreros.

Me imagino, en una terraza, tomando una copa con vistas al Puente Nuevo acompañado de Hemingway, Welles, Picasso o José Luis Sampedro.

Vería al Maestro Ordoñez, lidiar por naturales en la más bella plaza del planeta taurino o pasear con una joven Carmina, calle Tenorio abajo, donde los acordes de guitarra del Maestro Falla hacen que un músico callejero, decore una bella tarde, antes de buscar la maravillosa vista del Tajo desde el Arco del Cristo.