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1 de mayo de 2013

Encuentros

Paseas a los pies de la Alcazaba de Málaga una agradable noche, esperas para cruzar de calle y frente a ti, en la otra acera, aparece una estrella. Una Estrella de nombre, por apellido Morente y la noche pasa a convertirse en única e irrepetible.

Encuentros.

Como éste, fortuitos, sin esperarlos y sin imaginarlos casi, son los encuentros que me gustan, los que anhelo y los que sueño.

Existen otros tipos de encuentros y también existen, los reencuentros.

Encontrarse en cada amanecer con un nuevo día o como dice Miguel “el bicho” con la escarcha en las amapolas y los tallos de las cebollas, encontrarse en lo más alto de una cima y gritar libertad.

Encontrar el sueño imposible, imaginar el encuentro de un sueño imposible y encontrar la gloria de alcanzar una meta y un reto personal casi improbable tiempo atrás.

Encontrarte con tu primer beso, con tu primer abrazo hermano y con la primera sonrisa de ese hijo que tanto deseas.

Pasear por una ciudad cualquiera, una mañana cualquiera y como por arte de magia girarte y encontrarte con esa persona que tanto hace que no ves, que tanto deseas ver y no esperas, o que nunca imaginarías que pudieses ver, pero ahí está, frente a ti.

Encuentros.

Y el mejor de los encuentros, el amor.

Sin buscarlo, cuando menos los esperas, cuando más alejado estás de la estima y del afecto, ahí está, aparece como un ángel, y te llena, te cautiva con la esperanza de que sea la última vez que aparezca y salga a tu encuentro, que quede para siempre.

Encontrar la ilusión y el tiempo perdido, encontrar la amistad de aquella persona que no es parte de tu vida y empieza a serlo, el encuentro con ese antiguo amigo que decidió alejarse pero que realmente nunca estuvo lejos.

Miradas encontradas, una luna llena que sale a tu encuentro sobre la serena marea de un puerto perdido y el encuentro con la pasión que creías olvidada en un rincón de tu alma despojada y esparcida por una memoria ausente, que una tenue luz de vela ilumina en un rincón de tu paraíso.

Encuentros.

Encontrar esa canción que tanto haces que no escuchas, ese poema que mil veces leíste y que ahora recitan a tu oído y esa postal anónima que sin esperarla llega, aparece y encuentras para tu sorpresa y asombro un día cualquiera que hace cambiar la luz y el paisaje de una mañana que esperabas que pasara sin pena ni gloria.

Encontrar el mar donde no hay mar, la luz donde sólo hay oscuridad, la vida donde la esperanza acaba o la muerte cuando es digno dejar de estar.

Sueño con el encuentro, que no imagino, ya no imagino, ya sueño con el encuentro.

Encontrar el imborrable aroma de un café en Roma, el armonioso sonido del agua calle abajo en el añil y blanco de Chaouen o un amanecer prohibido donde tus pies se entrelazan con los primeros rayos de sol que nos brinda un nuevo día.

Sales a la noche y encuentras un cinturón de estrellas a los pies del Gran Mulay, encuentras la fugaz luz del deseo eterno en la desértica noche del Sahara y también encuentras estrellas en el fondo marino que sirve de sustento para un pecio que naufraga en aguas de la antigua Malta.

Encuentros.

Encontrar tu alma, aquella que quedó esparcida en jirones de lealtad no correspondida, buscar tu esencia, tu ser más profundo, tu pasión oculta y encontrarla.

Busca, busca y quizás no encuentres. Espera, espera, vive, sueña y seguro que todo aparece.

Nunca encontré aquello que busqué y todo lo que apareció sin yo buscarlo fue infinitamente mejor que lo que deseaba encontrar.

Ahora sueño con encuentros, con lugares, con personas... ahora sueño con encuentros y reencuentros, ahora sueño contigo.

Paseas por un rincón oculto de Chiang Mai, navegas en el mercado flotante de Amphawa, te deleitas una calida tarde en Koh Samui o te pierdes por las alborotadas calles de Bangkok.

El aire se ha cortado, el silencio se apodera del entorno, te giras y allí aparezco, allí apareces...

Encuentros.

2 comentarios:

Virgy VSC dijo...

Genial como siempre. Gracias por hacer que tras leer estas lineas echemos la vista atras a los encuentros de nuestra vida y recordemos que todos tenemos en nuestros sueños esos encuentros-reencuentros que deseamos lleguen algun dia, por sorpresa y sin esperarlos, pero navegan en nuestra mente como por costumbre. A veces no sabemos apreciar esos momentos, y tu has puesto tu granito de arena para darnos cuenta de que el encuentro mas sencillo con ese momento que te hace feliz, se convierte en un momento inolvidable, el cual quieres volver a reencontrar. Gracias amigo!

Nat dijo...

No sabemos lo importante que resultan algunos de éstos encuentros, hasta que no llega el momento de recordarlos con esa sonrisa inocente en la memoria.Yo personalmente valoro cada encuentro que me hace felíz, y lo guardo siempre en el fondo de mi alma, y ya que tu menciones al miguel, yo también.. me quedo con un fragmento de parque triana "Yo me mantengo con las pocas cosas que yo tengo, ay con los pocos sueños que yo sueño... "
a resumidas, hay que ser feliz con cada pequeño encuentro, cada pequeño gesto o detalle que nos encontramos en el camino.