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5 de enero de 2013

La putada de nacer un 5 de enero y porqué soy fan del Rey Gaspar



Yo nací un 5 de enero, tal día como hoy a las ocho menos diez de una fría tarde noche sevillana, corría la década de los 70 y mientras toda Sevilla andaba viendo cabalgatas de Reyes, mi madre, la pobrecita, andaba con contracciones y retorcida de dolores  para dar a luz a la cosa más bonita del mundo, según ella claro está.
Eran tiempos donde no existía la epidural.

Un 5 enero han ocurrido cosas muy importantes para la humanidad.

La boda de George Washington con Martha Dandridge, Colombia reconoce la separación de Panamá, Ford Company anuncia el primer horario laboral de ocho horas o, por ejemplo, unos científicos japoneses crean el primer ojo artificial.

Vamos que repasando un poco la historia del día 5 de enero y documentándote una mijita de que ha podido suceder el día que tu naciste durante la historia, te das cuenta que posiblemente el mejor acontecimiento haya sido, precisamente eso, que tu has venido a este mundo.

Bueno el Rey Juan Carlos I de España, nuestro monarca, también nació un 5 de enero pero si uno lo piensa bien, casi que lo mío es más importante.

Si no, pregúntale a mi madre.



Aclarado ésto, tengo que decir que nacer un 5 de enero es una auténtica putada.

Porque no es lo mismo nacer un 9 de septiembre, un 23 de junio que un 5 de enero y además, creer en los Reyes Magos.

Yo, que sepa, solo tengo fotos de mi primer cumpleaños al que asistieron algunos vecinitos que claro, tenían más ganas de marcharse a ver las cabalgatas de Reyes que de esperar a que yo soplara la solitaria vela de aquella tarta.

Cuentan que a la tarta solo se quedaron mis padres y mi vecino Manolo. A éste vecino, se ve que ya no creía en los Reyes y le gustaba tela el dulce.

El recuerdo de un día de cumpleaños en la niñez rodeado de amigos de la infancia es muy remoto, ya digo, casi inexistente y luego claro llega la adolescencia y es imposible organizar ninguna fiestecita el día que salen los Reyes Magos a la calle.

Otro tema importante es el de los regalos. Soy el hombre que más calzoncillos, calcetines y pañuelos le han regalado del mundo en el día de su cumpleaños y claro, yo preguntaba: ¿otra vez calzoncillos? - y me respondían, - es que mañana vienen los Reyes miarma y dos días seguidos es mucha tela.

Un día de aquellos entendí que nacer un cinco de enero era una grandísima putada y que sólo podría haber un día peor que el cinco de enero para celebrar tu cumpleaños.

El 6 de enero, uff que chungo.

Mi compañero de fútbol Nono, hablando hoy después del partido de este tema, porque el cumple años el día 2 de enero, decía: Sevi la putada en sí no es sólo nacer el 2 ó el 5 de enero, la putada es nacer bajo el signo de Capricornio.

Y en parte lleva razón cualquier día marcado entre el 22 de diciembre y el 20 de enero es una putada muy gorda, las fechas caen demasiado cerca para un regalo importante.

Aún recuerdo un año que soñaba con tener mi primera consola de videojuegos, rondaría los 13 o 14 años y mis padres me entregaron un paquete con la forma de aquella GameGear de Sega tan deseada.

No lo podía creer, era un 5 de enero y no eran calcetines, mi cuerpo temblaba y la emoción se desbordaba. Cuando abrí el paquete. ¡¡¡ Sorpresa !!!. Un teléfono inalámbrico, tragué mucha saliba, no lo podía creer, casi rompo a llorar.

Mi cara sería un poema, miré a mis padres con una expresión que posiblemente fuese acompañada de un cartel en mi frente que decía: ¿ESTO PA QUE COÑO ES, POR DIOS?

Mi madre dijo: - ¿Te gusta? con ésto ya no tienes que hablar con tus novietas desde el salón.

Al principio quise asesinarlos, luego entendí que ellos ganaron tranquilidad en el salón y yo intimidad en mi habitación y en el baño, pero nunca comparable con la sensación que hubiese tenido jugando al Sonic con una Gamegear tanto en un sitio como en otro.

Un sinfín de anécdotas tengo el día de mi cumpleaños, una vez fui capaz de convencer a mi familia de entregarnos los Reyes la tarde del día cinco, dejando un imperdonable vacío la mañana del día seis, del que siempre me arrepentiré y que no recomiendo a nadie que lo haga.

Otro año me convencieron y dejaron entrar a Papa Noel en mi casa un día de Navidad, con una escusa parecida a que entregando los regalos el 25 de diciembre, los niños tenían más días para disfrutar de ellos. Yo ya no creía en los Reyes quiero imaginar.

Entonces Santa Claus empezaba a aparecer con sutileza en algunos hogares españoles,  allá a mediados de los ochenta, mucho antes de convertirse en el simpático gordete que hoy  ha robado casi todo el protagonismo en la fiestas navideñas a los, para mi, insustituibles Reyes Magos de Oriente.


Un servidor y el Rey Gaspar

¿De Oriente?

Bueno. Bueno con éste tema, que ahora parece que los Reyes Magos eran andaluces.

Según el Papa Benedicto XVI, en su último libro "La infancia de Jesús" y yo quiero pensar que el sumo pontífice, no sólo tiene que estar bien informado y documentado del asunto, si no que a lo mejor hasta tiene contacto directo con Dios, pues aclarado este asunto, el Papa dice que los Reyes Magos eran andaluces.
Y yo le digo a Don Benedicto que olé usted y que ya era hora de contar la verdad sobre este dilema y esta bonita historia universal.

Miren ustedes, los Reyes eran de una región que se encuentra en un enclave ubicado entre Huelva, Cádiz y Sevilla lo que era antiguamente Tarsis.

Melchor era un buen hombre, un anciano mago del arte, frondosa barba blanca y algo barrigón. Dicen que no quedo claro si era de Jerez o de El Puerto pero que cantaba flamenco como los ángeles. Que el poco oro que pudo conseguir de una recolecta de sus paisanos se lo llevo al niño Dios en aquella noche de la Epifanía donde nació el Mesías.

Cuentan que el viaje desde Cádiz a Belén se lo pegó entonando soleares acompañadas de palmas sordas y cuando se bajaba del camello que cambió por un caballo en en el desierto, hasta el animal zapateaba a compás levantando la fina arena de la ruta sagrada.

Y claro, yo siempre he dicho que no imagino yo un portal en Belén sin villancicos por rumbas flamencas, sin zambombás jerezanas formando el taco y pastorcitos y pastorcitas del Puerto de Santa María y Sanlucar adorando al Señor con patos de Doñana y sal de Valdelagrana.

Del Rey Gaspar luego hablamos.

Baltasar, un fornido rey de origen tartesso con tez muy morena, afincado en tierras donde el caudal de los ríos es color tinto. Cuentan que el fortachón "Rey negro" salió de la tierra del Andévalo rumbo a Palestina a lomos de un caballo de pura raza andaluza.

Baltasar, cantaba fandangos de Alosno en cada pará que los Magos hacían camino del portal y cuentan que atravesó marismas de junco y agua por tierras andaluzas para encontrarse con sus compañeros de viaje siguiendo una estrella fugaz que avistó por vez primera llegando desde un Cerro Sagrado de El Aljarafe. En sus alforjas la mirra era resina de encinas serranas para unguentos y bálsamos que serviría de presente a Jesús.

Melchor gaditano, Baltasar onubense y Gaspar.

El Rey Gaspar dicen que era sevillano. Un joven monarca, mitad payo, mitad gitano.

Nacido en un corral de la Cava Trianera, palacio corralero donde las guitarras tocaban diana a tempranas horas de la mañana y donde un viejo horno de alfarero coció la vasija que Gaspar llevó repleta de incienso de la Plaza del Pán a los mismos pies de Jesús, el Salvador.

Con una pequeña calesa, salió una mañana desde Chapina, atravesando el valle del Guadalquivir, tierras de pueblos blancos y dehesas de toros bravos hasta llegar a Tarifa donde el mensaje que la Estrella iba trazando en el cielo provocó que el destino de los Tres Magos se unieran en aquel puerto pegado a una playa de fina arena y azul turquesa.

Desde allí embarcaron los Reyes Magos, no los de Oriente, sino los de Occidente, los andaluces. Melchor, el gaditano, Gaspar el hispalense y Baltasar el tarteso.

En aquel pequeño puerto Tarifeño se emprendió un camino en común de tres hombres cargados de magia que finalizó días después de la Natividad en Belén.

Unos antiguos manuscritos cuentan que la fiesta y la algarabía que hubo entorno al Portal de Belén la noche que llegaron los Reyes fue mágica y maravillosa.

Los cantes por sevillanas y los villancicos flamencos de Melchor y Baltasar, el embrujo del toque de la guitarra que Gaspar trajó desde Triana, los bailes que se marcarón María y José celebrando el nacimiento de su hijo, el compás y el arte que aquella noche de bella luna hubo entorno al pesebre fue la reunión con más arte y más divina que jamás se conoció en la humanidad.

No era dificil, que aquel niño cuyas sonrisas y carcajadas rompían el aire pocos días después de su nacimiento en aquella fiesta flamenca del portal, no era complicado, que años más tarde se convirtiera en el Salvador, en Rey de Reyes y devolviese su pasión y muerte en forma de Semana Santa y oración saetera a la tierra que le llevo la magia de manos de tres Reyes, tres Magos cargados de infinito arte, mucha bondad y toda la alegría que esta tierra, Andalucía, lleva milenios exportando por todo el mundo.

Los Reyes Magos eran andaluces.

Uno de Cai, otro Huelva y otro, de Sevilla.

Ahora entiendo porque yo siempre fui del Rey Gaspar. Todos los niños eran de Melchor o del Rey Negro, Baltasar.

De verdad, no conozco a nadie que fuese del Rey Gaspar.

Ni es el primero de la cabalgata, ni el último, es el del medio, el que pasaba casi desapercibido. Hasta la Estrella de la Ilusión tiene mas aceptación que el Rey Gaspar.

Siempre he utilizado un termino coloquial para aquel o aquella persona a la que nadie la sigue y es: "Tienes menos fans que el Rey Gaspar".

Yo de niño era el que besaba a la más fea del corrillo cuando jugaba al "Conejo de la Suerte", yo era el que pasaba la pelota al más malo de mi equipo de fútbol y lo animaba enormemente cuando la perdía, yo tambien era el primero que me acercaba a aquellos niños subsaharianos con cara aterrorizada, que llegaban por vacaciones solidarias a mi pueblo para ofrecer mi amistad.

Quizá por eso yo siempre fui del Rey Gaspar, aunque en muchas veces decía que era de Melchor para evitar la mofa de aquellos que no admitían que Gaspar tuviese seguidores.

No tengo un  motivo real, posiblemente seríá la indiferencia que hacia él sentía por parte de todos los niños o la discriminación que el joven Gaspar tenía por el eclipse que el rey viejo, Melchor o el negro, Baltasar reflejaban sobre él.

Quizá por eso sea del Rey Gaspar, o por aquella foto que siendo un bebé me hice en su regazo una tarde de navidad y me ha acompañado toda la vida, o quizá por que el Rey Gaspar sencillamente era paisano mio, era andaluz, era sevillano.

A buenas horas me entero de esta noticia.

Lo dicho, yo soy del Rey Gaspar, a mucha honra y lo repito, celebrar tu cumpleaños un día como hoy es una putada.

Málaga, 5 de enero de 2013, son la 1:57 de la madrugada, ya he recibido mi primer regalo de cumpleaños.

Me han regalado un bono con una sesión de láser para quitarme los pelillos del culo.

Y yo, encantado, jejeje. Por lo menos no son calcetines, ni calzoncillos, ni pañuelos…

Que tengáis felices Reyes y no recibáis mucho carbón.

7 comentarios:

petunia dijo...

Por favor k bueno!! Aparte solo hay verdades eehh pero ya con el azul turquesa de tarifa te a pasao...... Jajaja feliz cumple de nuevo y felices reyes!!!!
Petunia

Nat dijo...

Bueno, Bueno, éste me ha encantado! Antes de nada.. FELIZ CUMPLEAÑOS GUAPISIMO! y acto seguido comentarte la entrada al blog, a mi me pasaba lo contrario que a ti, por tener la madre que tengo siempre he sido niña enamorada de ese gordo de rojo, y odiaba a los reyes porque era la única de mis amiguitos que nunca recibía nada de ellos, y no importaba lo bien que me portase durante el año que esos tres ni un triste bombón me daban, mientras yo decía pero a ver si soy muy buena... cuando descubrí la verdad se supone que tendría que haberme reconciliado con ellos, pero en realidad en mi interior siempre les guardé rencor... pero hoy llegas tú con la ilusión de un niño en el día de su cumpleaños (literal) y has conseguido mi paz interior con ellos, incluso hoy querré ir a las cabalgatas, y aunque sea un poco tarde, a mis 28 años voy a empezar a querer a los reyes magos! gracias sin duda hoy has sido tú el que ha dejado el regalo. Ah y por cierto yo también siempre he sido la amiga del sin amigos, la que no quería pegar fuerte un pelotazo en el mate, y bueno a la que nunca querían besar en el conejo de la suerte por desgracia era yo, jajaja así que como hoy comienza mi idilio con los reyes magos, voy a decidir sumarle un fan más a gaspar y me haré de el. me ha encantado el blog en serio, y que risa con lo del laser, jajajaajajaja. felíz cumpleaños y felíz víspera de reyes.

Antonio L. Fernández dijo...

Verdad me he pasado un poco jejejejeje

Antonio L. Fernández dijo...

Gracias Nat felices reyes.

Inmaculada Gilabert dijo...

Hola Antonio...quiero empezar diciendote que me encanta lo que escribes...y con este relato en concreto me he reido mucho. Es la primera vez que veo tu blog...de casualidad..a traves de los aslandticos por face...jejeje...y te aseguro que no voy a dejar de entrar en tu blog para poder seguir disfrutando de tu personal escritura. Saludos

Inmaculada Gilabert dijo...

Hola antonio...es la primera vez que entro em tu blog...de casualidad por face a traves de "aslandticos"..y la verdad es que me ha gustado mucho tu escritura tan personal..
ademas de reirme mucho sobre todo con el dia de tu cumpleaños...seguire entrando en tu blog..eso seguro..saludos de otra sevillana

PEDRO J. RAMIREZ VALERO dijo...

Increible relato Antonio, me ha encantao, desde hoy también soy del Rey Gaspar jejejejeje