Mi reciente viaje a Túnez me deja muchas
vivencias, muchas anécdotas. Me deja nuevos amigos, nuevas experiencias a lo
largo y ancho de un país fascinante y entre otras muchas cosas me deja casi una
veintena de fotografías en la que los niños son protagonistas.
Son miradas, son gestos de inocencia,
travesura, alegría, algo de miedo y en alguna ocasión hasta tristeza.
La niñez o la infancia es esa etapa en la
que todo ser humano debería de tener por derecho universal la obligación de ser feliz, la de no pasar
hambre y por supuesto, la de una educación básica de cara a su futuro.
Pero también la infancia es ese momento
de la vida en la que toda persona se empapa de lo que le rodea, en la que nada
pasa desapercibido y en la que aún no hemos sabido diferenciar que es bueno
para nosotros y quedárnoslo o lo que es malo y desecharlo.
Un buen recuerdo de la infancia puede
olvidarse pero una mala experiencia quedará en nuestra retina para siempre y
podrá ser una semilla que florezca en la madurez de múltiples formas y
posiblemente, ninguna positiva.
Escribo esto hoy, el día de Reyes. El día en que los niños son los protagonistas.
Un día en el que todo nos parece poco
para esos hijos, nietos o sobrinos que tenemos a nuestro lado, pero un día en
el que seguramente no pensemos en tantos niños que en el mundo no pueden
disfrutar de un sólo regalo y que el simple gesto de ofrecerles un caramelo es
para ellos símbolo de una tremenda ilusión y agradecimiento en forma de sonrisa
inolvidable.
Ayer, en la bonita tarde de cabalgata de
Reyes en Málaga, un pequeño de seis años, cuando se disponía a coger unos
caramelos del suelo, la carroza de la Estrella de la Ilusión lo atropelló
fatalmente provocando su muerte a pocos minutos de haberse iniciado el mágico
cortejo.
Nada se pudo hacer por el pequeño, su
padre envuelto de dolor y testigo del drama, ante la posibilidad de suspensión
de la cabalgata, pidieron a las autoridades municipales que bajo ningún
concepto lo hicieran y que la ilusión de los niños por ver a sus Reyes en la
soleada tarde de ayer no se rompiera.
La cabalgata siguió el itinerario marcado
y la fascinación de todos los demás pequeños se apoderó de sus rostros
disfrutando del resto de la noche más mágica e increíble que un niño pueda
tener.
Yo tras conocer la noticia, sentí que la
vida, el mundo es injusto y que a veces suceden cosas que el destino no debiera
permitir.
También recordé que en el mundo hay
muchos niños sin ilusión, sin esperanza y sin regalos.
Hoy es el día que tu hijo, tu nieto, tu
sobrino ha recibido multitud de regalos.
Hoy posiblemente sea el día en que otros
juguetes que ya tiene pasen al olvido y al más absoluto ostracismo.
Seguro que cerca de tu domicilio hay alguna
organización, convento, parroquia o casa de acogida que recoja esos juguetes
olvidados por nuestros pequeños y, o que los envíen a países y regiones donde
algún niño lo necesita y lo agradecerá de la mejor manera posible, con una
sonrisa llena de ilusión y gratitud como tantas he visto en Túnez.
En homenaje a la infancia, a los niños de
Túnez y a todos los niños del mundo, al niño que fuimos un día y al que algunos
llevamos dentro aún, quiero dedicar esta humilde colección de 16 fotografías realizadas
con todo mi corazón y donde intento reflejar los distintos rostros de la
infancia.
También va por ti pequeño, tu espíritu y
tu alma siempre estará presente en todas las tardes de Reyes que nos queden por
vivir.
Espero que os guste.
1 comentario:
Antonio este blog llega al alma, porque como bien tu dices la infancia deberia ser una etapa feliz para todos los niños, sobre todo para aquellos q pasan necesidades. Y si es triste, pensar q unos tienen muchos y otros nada. Seguro q es lindo ver como esos niños q apenas se conforman con nada te regalan la mejor de sus sonrisas! Ojalá todo fuese más justo.
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