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29 de octubre de 2010

"Mañana voy a verte"

Pasan las tres de la madrugada de un frenético día que empezó hace casi diecinueve horas y en apenas nueve o diez más mi vida sufrirá un importante cambio.

Hoy trabajé en un local vacío que parece un hospital abandonado, con apenas una cajonera y una silla como compañeras de trabajo, recojo mis cosas para acomodarlas en otro sitio, comí en casa de unos amigos que los considero como familia y a los que agradezco todo su apoyo, jugué mi partido de fútbol de los jueves (ganamos 6-2), cené con otros amigos, me fui de copas con ellos y reí, reí sin parar, desde el primer minuto de la cena hasta el último segundo de mi despedida y no me he parado a pensar que quizás sea el último jueves que juegue con ellos, no pensaba eso, pensaba en lo maravillosa que puede ser una vida en la que un día arrancas con tristeza pero que puede acabar con la mayor de las sonrisas en tu rostro.

Finalizo una etapa profesional, mejor dicho, modifico mi etapa profesional pero la mezcla entre ilusión y tristeza es una agridulce sensación que a medida que se van consumiendo las horas va tomando más dulzor que amargor.

En esta experiencia que es mi vida lo he vivido casi todo.

Estuve arriba tocando el cielo y baje al fango, gané mucho dinero y también lo perdí, me robaron y robé, conocí el amor y el desamor, la necesidad y la opulencia, la amistad y la traición, la salud envidiable y la enfermedad no deseada, el frío y el calor.

Y es curioso pero cuando más feliz he sido y más feliz soy es cuando menos tengo porque quizás sea, utilizando el tópico, cuando menos necesite.

Y siempre en esos momentos en los que estás tocando suelo, aparece un ángel de la guarda que te impulsa y te hace resurgir de tus cenizas como el Ave Fénix.

Nunca di un paso atrás y aquellos que me conocen saben que si alguna vez lo di fue para coger impulso pero nunca para retroceder.

Siempre me ocurrió y espero que ahora se repita.

Aunque ahora un ángel diferente lleva ya meses batiendo sus alas a mi alrededor ofreciéndome todo o más de lo que el guardián de otras veces me entregó.

Ese ángel que tiene el don de aparecer cuando mas lo necesito y la virtud de entregar la palabra adecuada en cada momento, un ángel que creí que no existía.

Un ángel que la adversidad la convierte en oportunidad, la oscuridad en bendita luz, que la pobreza emocional la transforma en riqueza pasional o que con solo una mirada es capaz de transmitir todo un mensaje lleno de aquello que necesitas y a la misma vez provoca que te vacíes de todo aquello innecesario y que no aporta absolutamente nada en tu vida.

Un ángel que toco, que veo, que oigo y que siento.

En otro momento de mi vida quizás ante la situación personal que se presenta estaría lamentándome o maldiciendo lo que puede avecinarse, pero ahora no.

Ahora soy de esos que miro el futuro de reojo, el presente con mirada fija y al pasado casi que no me llega ya la vista.

Uno no puede renunciar a su pasado, ni puede valorar el pasado de nadie. El pasado es el que es, el párrafo anterior que has leído, el pasado es lo que hiciste ayer y está ahí, no lo podemos apartar de nuestra vida y a veces, como dice un buen amigo mío: AL PASADO TIERRA.

Y en ello estoy, enterrando mi pasado, pero mi pasado no deseado, mi pasado que no aporta nada a mi presente y menos a mi futuro. Y recordando con timidez aquel pasado que sumó y no restó.

Ahora quiero disfrutar cada minuto de mi vida, pasando de puntillas y sin hacer daño a nadie como siempre he hecho, porque cuando alguien se ha sentido dañado por mi no ha sido con la intención de provocar ese dolor, ha sido porque esta puta o maravillosa vida, según se mire, pone situaciones y circunstancias ante nosotros que pueden ocasionar tanto dolor como satisfacción.

Agradezco a todos los que están, y no anhelo a los que han desaparecido porque un mal momento en la vida es el mejor filtro para saber el lugar que cada uno ocupa.

No puedo con esas personas de “a ver si quedamos mañana” y elogio, admiro y quiero a las de “mañana voy a verte”.

No utilizo esa estúpida frase de “empiezo una vida nueva”, no.

La vida es la misma, la que te toca vivir, la que a veces tu eliges como quieres vivirla, lo único que cambian son las circunstancias que la rodean.

Circunstancias de la vida, porque nada ocurre por casualidad, todo sucede por algo.

Así que no empiezo una vida nueva, sencillamente continuo viviendo la que me tocó disfrutar pero de manera distinta, como si fuera un sueño.

Ya lo escribió Calderón de la Barca en su obra “La vida es sueño”, posiblemente la persona que mejor haya definido a la vida, y decía:

¿Qués es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión.

Una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño,

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.


Pues yo me apunto a soñar y si es contigo mejor será nuestro sueño…

***


I'm in the arms of the angel...


4 comentarios:

Anónimo dijo...

No dejes de soñar hermano, de los cobardes nunca se supo nada. Te deseo lo mejor.
Fdo: Alguien que te quiere mucho.

Jose Luis Beds dijo...

Bellas palabras compañero..... hoy te noto triste y alegre a la vez, espero que esa alegria perdure por siempre y la tristeza solo sea un recuerdo que contemos con alegria alrederor de una fogata.

Un abrazo

Antonio L. Fernández dijo...

Que te gusta una fogata compañero, gracias por tus palabras. Pronto estará todo en su sitio, nos vemos pronto...

Sender dijo...

SUERTE, la mereces de verdad.