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19 de diciembre de 2013

Mi decálogo para ahorrar en la factura de la luz

Ante la inminente subida de la tarifa de luz el próximo primero de 2014 (recuerdo que con este incremento sumamos en los últimos diez años un aumento acumulado de casi un 80%) he decido tomar una serie de pautas, en forma de decálogo, de cara al ahorro de consumo energético en mi hogar y quisiera compartirlo con vosotros mis amigos.

Quiero dejar claro que no se si algunas de las decisiones afectan en si al consumo de luz en mi casa desde un punto de vista meramente técnico, pero ante la duda lo llevo a cabo y mi conciencia al menos queda tranquila.

Paso a puntualizar los cambios que voy a llevar a cabo y las modificaciones en mis hábitos con respecto a lo que a consumo de energía eléctrica se refiere, teniendo en cuenta que acabo de dar una vuelta por toda mi casa actuando como lo hago habitualmente y revisando minuciosamente todos mis actos y de aquellos que conviven o puedan convivir conmigo.

Mi decálogo de cómo ahorrar en la factura de la luz:


  1. Desconecta el timbre de tu casa. Hoy en día está comprobado que la mayoría de personas que tocan el timbre de tu domicilio es para molestar y aquellos que realmente van de visita, o te mandan antes un whatsap avisando o cuando llegan a la puerta y no respondes, suelen llamarte directamente al móvil para que abras.

  2. Quita la bombilla del frigorífico. No te apures, no es complicado y con un poco de suerte aún guardas el manual de uso con la garantía. Con la luz que da de la cocina es suficiente para ver el interior de la nevera. Lo puedes comprobar con el congelador. Es un cajón, no tiene luz y todo lo encuentras.

  3. Usa la vitrocerámica lo menos posible. Es una de las fuentes de mayor consumo de los hogares. Yo te recomendaría que empezaras a cocinar más ensaladas, consumieras quesos, sándwiches, bocatas y pasta que aunque para cocerla es necesario una fuente de calor, con 8 ó 10 minutos de vitro... ¡Al dente! y además todo es dieta más saludable.

  4. Lavadoras a tope de carga. Optimiza el uso de tu lavadora usándola con la carga máxima y evitando medias cargas y otras inutilidades que han sido inventadas por las empresas para aumentar el consumo en el lavado de ropa.

  5. Una persona, una bombilla. Estamos habituados a encender luces por donde pasamos y a tener varios focos de luz en un mismo lugar de casa cuando realmente no es necesario o sencillamente no estamos habitándolo. Si estás cocinando ¿porqué el comedor tiene la luz encendida salvo que otra persona esté en él? Si vas al baño y abandonas el salón dejándolo a solas ¿porqué no apagas la luz del salón? En resumen. Sólo necesitas luz allá donde estés y si dos personas o mas comparten el mismo espacio de la casa, pues con una bombillita encendida es suficiente. Tu casa no es una feria, recuérdalo.



  6. En el pasillo no hay ningún monstruo que espere para atacarte. Llevas meses, años o hasta décadas atravesando el pasillo de casa y enciendes la luz para ello. Es mentira aquello que nos contaban de niños que en el pasillo de casa podríamos ser atacados por un monstruo. Intenta cruzarlo “casi a oscuras” porque te aseguro que nunca está a oscuras totalmente, sabes perfectamente cuantos pasos hay de una habitación a otra, donde quedan exactamente los interruptores de la habitación que buscas y el taquillón o ese incomodo mueble que tantas veces golpeas a la luz del día por muy poca luz que tengas, sabrás esquivarlo sin ningún problema, cuenta con ello.

  7. Utiliza velas como alternativa a la luz eléctrica. Las velas o similares, con el paso de los años han pasado de casi la única fuente de luz en las casas a, sencillamente, ser objetos decorativos allá donde estén. Es más, es muy probable que algunos de vosotros ni siquiera tenga una vela en su casa. Como ahora no es como antes, que la luz se iba cada dos por tres y siempre tenías localizada aquella maravillosa y salvadora palmatoria, pues resulta que seguramente en tu casa o no tengas velas o las que tengas ni siquiera sepas que lo son porque han adoptado forma de cabeza de buda, de jirafa del Serengueti o de Torre de Pisa. Leer un libro, conversar con amigos o tomar una copa en casa a la luz de una vela puede convertir un momento cotidiano en un momento mágico. Para más información de un buen uso de velas, ver el punto 10 del decálogo.

  8. Luces de navidad. Ahora que andamos con las celebraciones navideñas sería interesante destacar que no es necesario tener encendido toda la noche el árbol navideño, con encenderlo cuando haya visita es suficiente. Ni las luces del portal de Belén deben estar funcionando, os aseguro que las figuritas no se mueven con lo cual no necesitan luz por la noche para caminar y el niño Jesús está más a gusto y tranquilo con la luz apagada. Como tampoco es importante que el Santa Claus colgado del balcón de casa lleve luz interior o esas terrazas horteras que más que decoradas por Navidad parecen auténticos clubs de carreteras donde uno no sabe si dentro vive una familia que adora el espíritu navideño o una madame que alquila habitaciones por temporada a chicas de dudosa reputación. De verdad, reduce el consumo de luz en Navidad en tu casa, si lo hacen los ayuntamientos en sus calles ¿porque no seguimos el ejemplo de nuestros honestos y extraordinarios gestores políticos?

  9. Se puede hacer “popó” con la luz apagada. Te dan ganas de ir al baño, te levantas del sofá y dejas la luz del salón encendida, con el árbol de navidad y el portal de Belén a todas luces, enciendes la luz del pasillo para llegar hasta el baño y no la apagas cuando abres la puerta del servicio. Y además enciendes la luz del baño antes de sentarte en el inodoro. Pues todo eso puedes hacerlo de manera inversa, apagando luces y por supuesto, puedes hacer tus necesidades con la luz del baño apagada, no necesitas ver nada, el olor no lo elimina la luz ya sean focos halógenos, bombillas de toda la vida o leds de ultima generación. La tecnología en cuanto a soportes y focos de luz se ha desarrollado muchísimo con los años pero como decía un amigo mio: la mierda siempre será mierda y siempre acabará oliendo. Y por cierto, nunca estarás a oscuras mientras haces “popó”, seguramente la pantalla de tu móvil te de la luz suficiente que necesitas, porqué seguro que eres de los que vas al baño acompañado de tu teléfono.

  10. Sexo sin luz eléctrica. Dejando a un lado a aquellos que obligatoriamente necesitan la luz apagada para hacer el amor, con lo cual ellos ahorran ya de por si y no disfrutan de las vistas entre otras cosas, yo recomendaría, primero, tener sexo cada vez que se pueda ya que es genial y maravilloso y segundo, pues no utilizar la luz eléctrica para iluminar el nido de amor o el picadero según usuarios. Recomiendo sustituir la luz de la mesita de noche por una vela que aporte esa luz romántica que tanto gusta, esa luz de vela que oculta arrugas, estrías y michelines, esa luz tenue que aporta esa dosis de magia que la luz eléctrica nunca podrá alcanzar y esa luz que cuando soplas su llama da paso a una oscuridad que sella, seguramente y eso espero, un momento mágico y ¿porque no?, una noche increíble e irrepetible.

Con este decálogo solo pretendo, bromas e ironía al margen, concienciar a todo el mundo de un consumo responsable de la energía eléctrica, intentar compensar el atraco que las eléctricas nos hacen a los ciudadanos con alguna norma que seguro que reduce nuestro gasto en luz.

Los diez puntos pueden no ser compartidos o pueden ser incrementados lógicamente, pero si con mi granito de arena sumo para que la sangría sea menor, pues objetivo cumplido.

Eso sí no dejéis de comer bien, de disfrutar la navidad y la vida, de ir al baño con frecuencia y por supuesto de tener sexo de calidad a cualquier hora del día, con velas o sin velas...

Felices Fiestas.

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