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31 de agosto de 2013

Treinta días

Desconecto 30 días, lo necesito y lo voy a hacer.

30 días en los que no voy a ver ni escuchar noticias en televisión y radio, en los que no pienso leer la prensa.

Un mes sin redes sociales.

Me llevo dos libros y un tercero pendiente de la improvisación. Leeré cada día y cada noche un mínimo de media hora, me aparto de las pocas personas que son influencia negativa y de aquellas inquietudes que no me desvelan, pero si me preocupan bastante últimamente, al menos durante un mes.

Daré gracias cada día por ver amanecer y por la oportunidad que me brinda el alba. Beberé mucha agua, nada de alcohol (como mucho algo de buen vino moderadamente) y comeré muy, pero que muy sano.

Seguiré haciendo deporte a diario para alcanzar mis grandes metas, que para otros pueden ser insignificantes, mis piernas acumularán casi 200 kilómetros entre asfalto, arena y montaña, y emprenderé una aventura en solitario que me haga sentir la emoción y la libertad que el yugo de la rutina diaria me impide.

Me reencontraré con mis dos paraisos terrenales e iré en busca de uno nuevo con lápiz, papel y una desgastada cámara como equipaje.

Afortunadamente tendré que conectar por razones obvias pasada la primera quincena de septiembre pero intentaré durante este tiempo ser quien sueño y hacer lo que sueño, porque aunque la vida te impide ser quien quieres ser durante el día a día, no pienso renunciar a convertirme en quien sueño ser durante este corto espacio de tiempo.

Vuelvo en un mes y espero tener mucho que contar...


Este blog cumple cinco años este mes de septiembre y de alguna manera lo celebro con esta experiencia de algo más de cuatro semanas. Mañana, tras este post se publicará otro artículo con motivo del quinto aniversario de este humilde rincón viajero y aventurero. Espero que os guste...

1 comentario:

FPL dijo...

Te deseo amigo, q durante este mes encuentres tus sueños, q la magia te guie para encontrar esa paz interior q a veces tanto necesitamos, pq la rutina del dia a dia simplemente nos la abruma... ya sabes Vive y se feliz! Un fuerte abrazo