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4 de marzo de 2013

Se acabó el sueño de "Túnez en la memoria"




Se acabó el sueño.

Ya están las fotografías recogidas, en mi casa y a buen recaudo.

Hace apenas unas horas que se ha clausurado mi primera exposición de fotografía “Túnez en la memoria” y tengo que reconocer que dos sentimientos deambulan por mi interior y ninguno de ellos esperaba que aparecieran.

Las paredes del local han quedado vacías aunque la sala sigue teniendo ese encanto tan especial. No obstante parece que una vez descolgadas mis fotos todo queda inerte y sin atractivo alguno.

Cargamos con todo el material camino del coche por la oscura y tenue calle Andrés Pérez y lo primero que siento por encima de todo es tristeza.

Si tristeza. Una mezcla rara que radica en la sensación de que algo que ha sido para muchos, algo que ha sido compartido con toda mi ilusión, ahora sólo queda para mí.

Tristeza porque se acaba algo que ha sido único y maravilloso para este humilde fotógrafo viajero. Esa sensación que muchas veces he tenido o tenemos en la vida cuando algo mágico, algo que parece que pueda ser para siempre y que es irrepetible se termina porque desgraciadamente, casi todo, tiene fecha de caducidad o porque, sencillamente, tiene que acabar sin más aunque quisieras que fuese para siempre y de modo eterno.


Pero se ha terminado, todo se termina aunque no lo desees.

Mi exposición ha finalizado aunque quedará en mi retina y en mi memoria (nunca mejor dicho) para siempre en forma de regalo y de experiencia única, aunque espero que no irrepetible.


Y el otro sentimiento que recorre mi alma y mi espíritu aventurero es el de agradecimiento.

Agradecimiento a todos los amigos y seguidores que habéis acudido a visitar la exposición, de verdad mil gracias por vuestro detalle. A los que me acompañasteis el pasado 24 y a los que sé, que de manera personal habéis estado de visita por la sala.

También quiero agradecer a muchos de los que habéis querido estar, pero la distancia, el trabajo o diversos motivos os lo han impedido, pero que durante este mes no habéis dejado de preocuparos y de preguntar qué tal iba todo. Gracias sois muchos amigos y seguidores del blog los que sin estar habéis estado.

A todas esas personas anónimas que mientras yo disfrutaba de un té sentado en la sala veía como ellos observaban mi trabajo y perdían un minuto de su vida contemplando un paisaje o un detalle de la memoria que me llevé de Túnez.


A Suber y su gente de la Sala “El Harén” por su colaboración y trabajo durante estos días, por sus palabras de apoyo y de reconocimiento hacia este aprendiz de todo y maestro de nada que, al menos, hace las cosas con todo el cariño que puede para que parezca todo muy profesional en la medida de los posible. Gracias chicos, todo aquel que no conocía vuestro local quedó maravillado.

Algunos hasta habéis adquirido alguna fotografía para vuestra casa, para vuestra oficina o para vuestra agencia de viajes. De verdad en un principio no quise poner nada a la venta. Luego sabiendo del desembolso que “mi mecenas” hizo, no tuve más remedio que poner casi un precio simbólico a cada foto para rentabilizar el esfuerzo que se había hecho. Y sólo puedo dar las gracias eternamente a esos pocos que habéis confiado en mi trabajo, bien por amistad o por caridad, y que os lleváis un pedacito de mí para un rincón especial de vuestro salón o despacho. Gracias infinitas…


También, agradecer a Túnez, a su gente y a tantos recuerdos y momentos inolvidables vividos en aquel viaje, por mostrarse y servir de escenario para mi inspiración y mi fotografía. Porque esta exposición demuestra que un viaje no sólo termina cuando llegas a casa, sino que puedes convertirlo en eterno recordando y visualizando aquello que te impresionó y que quedó en tu memoria.

Y por supuesto gracias a quien ha sido capaz de convertir este sueño en realidad, de provocar mi asombro una vez más, y eso, conforme uno cumple años va siendo más difícil. Gracias por el trabajo en la sombra, por el esfuerzo realizado y por hacerme muy, muy feliz.

Gracias, como siempre por ser.

Ahora toca recordar, disfrutar de lo vivido e intentar seguir vendiendo alguna fotillo no porque necesite el dinero, gracias a Dios. Si no porque no tengo donde guardarlas, jajajaja.

Ahora toca seguir viviendo, seguir soñando…



2 comentarios:

FPL dijo...

Ay amigo, q dos palabras más complejas, tristeza y agradecimiento... Quédate con la segunda, ya q el destino se ha encargado de q tu viaje no se quedé sólo en tu retina, sino q en una pequeña parte hayamos formado parte de él...gracias por compartirlo, por hacernos sentir la magia de algo q se ha acabado, pero q en cierto modo sigue presente en nuestras vidas, q es la esencia de viajar y sentir!

Anónimo dijo...

En estos años de crisis, paro y demás……hablar de sueños parece un crimen. Solo los valientes mencionan esas palabras y solo los héroes se atreven a realizarlos
Seguid soñando porque mientras soñáis estáis vivos y si vivís repartís alegría