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10 de diciembre de 2012

Mi mundo amarillo

Todos tenemos un mundo que nos hace feliz, el mundo que nos gusta vivir.

Un mundo donde nos sentimos muy a gusto, del que no queremos apartarnos, del que nos apetece sentir cada minuto de nuestra vida, aunque a veces sea sólo temporal o dure simplemente horas, minutos…

Pero claro, ¿cómo podemos crear un mundo así cuando parece que todo lo que te rodea es negativo?, ¿cómo podemos ser capaces de afrontar una grave enfermedad o una situación personal muy complicada?

Terminé de leer hace unos días “El mundo amarillo” de Albert Espinosa y su autor escribe, y hago mías sus palabras extendiéndolas a cualquier ámbito de la vida que, “No hay claves para vencer al cáncer, no hay una estrategia secreta. Tan sólo debes escuchar tu fuerza, crear tu lucha y dejarte guiar”.

Fuerza y lucha, sin esas dos premisas es muy difícil avanzar y seguir viviendo.

Espinosa, a través de este libro y su experiencia durante años con el cáncer, pretende con una serie de descubrimientos como él llama, transmitir lo que aprendió con su enfermedad y como sobrevivir a la vida a través del cáncer y no lo contrario.

Cáncer, maltrato, relaciones, etc…, sus descubrimientos pueden valer para cualquier causa.

“El mundo amarillo” nos deja claro cosas como que tarde o temprano todo lo que ganas lo perderás, tenemos que aprender a perder. Las perdidas son positivas, con el convencimiento que cuando pierdes, siempre ganas algo y la experiencia negativa, el dolor y el sufrimiento, con el tiempo, serán tus aliados.

¿A que te enfrentas? A un cáncer, a una separación, a la pérdida de un ser querido. Es fundamental conocer tu contrincante en la pelea, seguidamente investigarlo al detalle y finalmente luchar.


Y saber decir, NO.

Saber decir no en la vida es una virtud. Desde niños nos enseñan que es lo que está bien y mal, y continuamente a lo largo de nuestra vida el no, forma parte de lo cotidiano pero de una manera negativa.

No hables con extraños, no te sientes así en la mesa, no te metas en el agua después de comer, no me gusta esa chica para ti, no llores, no abras la boca comiendo, no hagas esto, no hagas lo otro… Pero al no, a esta negativa palabra debemos aprender a darle la vuelta y convertirla en un si, en algo positivo como por ejemplo decir:

NO a lo que no deseas, NO a lo que todavía no sabes que no deseas pero que deseas y, por supuesto, NO si sabes que no podrás cumplir.

En la vida misma, por diversos motivos, por esas cositas que el azar vital nos depara pasamos a convertirnos en alguien que quizás jamás creíamos, es más, a muchos nos pasará que el escenario presente del que disfrutamos nunca pensábamos que existiera en aquel futuro que nuestro pasado reflejaba.

Y claro, sólo algunos privilegiados de la vida pueden y son hoy en día lo que soñaron.

Yo dejo claro que no quiero ese privilegio, quizá porque casi todo con lo que soñé nunca se cumplió y aquello que sin haberlo anhelado, hoy en día se ha convertido en todo un sueño hecho realidad.

Con esto quiero decir que la edad lo transforma todo, es lo apasionante de hacerte mayor, de cumplir años.

Muchas personas tienen miedo del ser en el que se han convertido, miedo de tomar decisiones equivocadas, miedo a fracasar.

En mi vida las decisiones malas me han curtido, errar, a la larga, me ha ayudado. Una mala decisión tomada, con el tiempo puede convertirse en una muy buena porque esa decisión que en el pasado calificaste como nefasta, te ha llevado a una nueva etapa y a conocer a personas que hoy pueden ser importantes en tu vida desde un aspecto personal y sentimental.

No tenemos que temer a la persona en que nos hemos convertido o a la que está en proceso de conversión, si aceptamos eso, será más fácil alcanzar la felicidad en la vida, y sobre todo, y más importante, la felicidad con uno mismo.

El autor, en “El mundo amarillo”, escribe de cosas con las que me identifico enormemente, es más, en algunos momentos parece que uno se lee a si mismo.

Escribe sobre el poder de la noche, por ejemplo, la noche, la madrugada consigue que los deseos se hagan realidad. La noche debe ser ese espacio del día, de la vida, que te ayude a ver luces en la sombra, en la madrugada es donde habitualmente aparece la inspiración y donde el ser humano tiene y obtiene sus mejores ideas.

No hay nada como el sonido del silencio en la noche, no hay nada como una luna siendo testigo de tu entusiasmo, la noche puede ser un paraíso iluminado por velas si lo deseas. En esas horas que fluyen como si de segundos se tratasen, sale lo mejor de cada persona, traspasar los sueños, romper el alba y regalarte amaneceres.

Como ahora hago, escribiendo a estas horas en las que lo más profundo de mi ser sale a flote y “el amarillo” que llevo dentro suma palabras antes de que amanezca, antes de adquirir una deuda con el alba.

Las personas deberíamos adeudar lunas llenas, cielos estrellados, afectuosos abrazos, dulces besos, tímidas caricias y únicos amaneceres. Maravillosa moneda de pago sería esa y no envidias, rencores, traiciones y odios.

¿Cuánto hace que no cierras los ojos y piensas profundamente, buscando respuesta a una pregunta?, ¿qué hago?, ¿lo dejo?, ¿me quedo?... La vista es el sentido que más distrae y muchas veces debemos lanzar una pregunta al aire, cerrar delicadamente los ojos, centrar la atención en nuestra respuesta y tomar decisiones. Cerrar los ojos, pensar, meditar y responder a una duda o cuestión es mucho más fácil cuando la vista no tiene más información que el oscuro telón que tus parpados dejan caer y lo más curioso e increíble de todo, como dice Albert, es que se ve todo más claro.

Pero, ¿qué es el mundo amarillo?, ¿qué es un amarillo?

Todos tenemos grandes amigos, familiares, parejas pero hay un escalafón, no superior, pero si distinto.

Parto de la base que quizás el nombre de “amarillo” no me gusta para calificar a este modelo de persona, pero como no he sido capaz de encontrar otro que lo supla, querido Albert, lo hago mío y te lo robo.

Quien no se ha cruzado alguna vez en su vida con ese tipo de persona que te hace ver las cosas de otro modo, que te aporta algo nuevo a tu vida en la forma que sea, personas que a su modo te ayudan, que pasan a convertirse en algo así como ángeles de la guarda, como en, casi almas gemelas.

Cómo es posible que una persona con la que no tienes contacto ninguno, que prácticamente acabas de conocer, sea capaz con solo una conversación, con un encuentro de transmitirte tanta complicidad, de llegarte tanto en lo personal y hasta en lo emocional.

Albert Espinosa
Es curioso, pero podríamos decir que es un amigo de toda la vida, que es nuestra pareja o nuestro hermano pero, aún pudiendo ser cualquiera de ellos, con todos tienes una relación en el tiempo y con éstos no necesariamente.

Dice el autor del libro que parece incomprensible como un desconocido que hasta hacía dos minutos no formaba parte de tu vida, después se convertía en parte tuya, te entendía más que cualquier persona de este mundo y notas que te ayuda de una manera tan profunda que te sientes comprendido e identificado.

Y es muy curioso, pero a veces, a lo largo de nuestra vida esto nos ocurre.

La amistad generalmente está relacionada con verse, los amigos se definen como personas que se ven, que se ven muchas veces en la vida pero “un amarillo” es distinto, es esa persona que sí, que aunque puedas verte con él o ella, no necesariamente tienes que hacerlo o tener la necesidad de ello, porque una simple conversación como decía antes, un encuentro casual, un momento mágico, puede marcar tu vida para siempre.

¿Quién no tuvo aquel profesor que marcó su adolescencia?, ¿quién no tuvo aquel compañero de viaje que dio sentido a parte de su vida?, ¿quién no ha tenido a esa persona especial que sólo con hablar con él, sentir su presencia o su palabra, te ayuda a ver la vida de otro modo cuando tan mal estás?

Hay amigos que te dan amistad, hay amores que te dan pasión, sexo y amor, y finalmente hay AMARILLOS, dice Albert Espinosa.

Y es totalmente cierto.

AMARILLO. Definición: Dícese de aquella persona que es especial en tu vida. Los amarillos se encuentran entre los amigos y los amores. No es necesario verlos a menudo o tener contacto con ellos.

Yo tengo mis amarillos en la vida, quizás yo sea uno de los tuyos o sencillamente hayas tenido la mala suerte de no encontrarte con ninguno. Eso sería muy triste.

Los amarillos están por todas partes pero claro, yo puedo ser amarillo tuyo y no de otro, o al revés.

En cualquier caso, todo es relativo, nada ocurre por casualidad, todo está sujeto a la vida misma y lo importante verdaderamente es llenar tu vida de sueños alcanzables, rodearte de gente que sume y no reste, que llene de provecho tu día a día, que transmitan un mensaje de energía positiva a tu ser y que llenen tu alma de paz, de bien y de amor en el sentido más amplio de la palabra, independientemente del color que le queramos poner: amarillo, verde, rojo o azul…

En la vida podemos morir de cáncer, podemos morir de viejos o podemos morir de mil formas y maneras, pero lo que nunca debemos de permitir es morir de aburrimiento.

2 comentarios:

VIRGY VSC dijo...

Como siempre fantástico!

Tengo que leer el libro! Y hacer una lista con la cantidad de personas de distintos colores que tengo en mi vida! jajajaja

un abrazo!

Sender dijo...

Tendre en cuenta la referencia del libro, parece buena. Gracias por compartirlo.