Y la verdad que oportunidades tuve, pero hasta hace una semana no pudo ser.
Y que puedo decir cuando uno es protagonista al disfrutar en un lugar maravilloso, con un encanto especial y fascinante, de una gastronomía tan particular como increíble.
La Reina Zíngara no es un restaurante al uso. Yo diría que es un estilo de hacer restauración de una forma totalmente diferente y que permite al comensal sentirse parte de una aventura mística que en cualquier momento hará que la experiencia vivida sea casi inolvidable.
Solo atravesar el umbral de la puerta ya te dice que no estás accediendo a un simple restaurante.
La maravillosa decoración salpicada de obras de arte, mezclando contemporaneidad y clasicismo, el privilegiado servicio, o la carta que ofrece empieza a ser un aperitivo dignos de deleite.
En la elección siempre se agradece que otro por ti te aconseje.
Yo puedo hablar de la ensalada Príncipe de Huelva con milhojas de ventresca de atún, de las croquetas de carabinero, del pulpo a la gallega, de la exquisita carne de ternera en entrecot o solomillo al estilo Zíngaro y de cómo no poder resistirse a cometer uno de los siete pecados capitales de su carta de postres.
Yo me dejé llevar por La Avaricia que sacó de mi la panacotta de chocolate blanco provocando en mi paladar una incontrolable Ira que hizo probar el helado de piel de naranja mezclado con coulant de chocolate.
Para terminar un suave sorbo del afrodisíaco vino que durante toda la comida acompañó la mesa.
Hasta aquí, sin dejar de ser estupendo todo lo vivido, bebido y comido, no deja de ser quizá una experiencia más de las muchas vividas en buenos restaurantes pero cuando en mitad de la comida Catriel se acerca a la mesa y provoca la emoción que su voz transmite al cantar una romántica melodía o alguien se sienta contigo a leer el poso de tu taza de café y ser capaz, en una sesión yo diría que mágica, de aventurar tu futuro, de conocer tu pasado, y de ofrecer a tu persona unos minutos de serenidad que hacen que tu piel se estremezca y que tu corazón sea capaz de verse sobresaltado por lo que alguien que no te conoce absolutamente de nada, parezca que lleva contigo desde que eres un niño solo acercando un péndulo al reverso de tu mano.
Podría comentar otros muchos detalles, pero prefiero que seáis vosotros los qué, si algún día estáis por el centro de Málaga lo descubráis por propia experiencia ya que en este lugar “NO PUEDES CREER LO QUE TUS OJOS NO VEN”.
La Reina Zíngara, ¿quién fue?, ¿cómo llegó hasta aquí?...
La Reina Zíngara está en cada rincón.
La Reina Zíngara es una fascinante historia de amor qué podréis descubrir en el momento de sentaros a la mesa…
La Reina Zíngara podría ser cualquiera de las cuatro maravillosas mujeres que acompañaron a Nahuel y un servidor en esta mágica comida.
Gracias a Inmaculada y Biagio por hacerme sentir como en mi propia casa.
Felicidades por vuestro entusiasmo e ilusión palpable en la atmósfera que se siente en cada recodo de este único e inimitable lugar.
Nos vemos. Aun me quedan por probar otros cinco pecados capitales…