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13 de julio de 2014

Yo voy con Argentina

El pasado jueves fui testigo de 120 minutos de partido de fútbol soporífero, de partido de miedo a perder de dos selecciones, un encuentro que no hacía honor a una semifinal de copa del mundo pero que me regalo una tanda de penalties histórica donde vi, por cuarta vez en mi vida, llegar a la final de un mundial a la Selección Nacional Argentina de Fútbol.

En la final que se disputa hoy domingo, yo voy con ellos, con los argentinos.

Yo voy con Argentina, y voy con Argentina por éstos motivos, entre otros muchos:

Voy con Argentina porque como viven el futbol en ese país, en ningún lugar del mundo, por como lo viven los que están fuera de su tierra y pregonan su amor por los colores de su club y su selección allá donde estén, por el ambiente que veo en sus gradas desde que tengo uso de razón y porque la entonación de los cánticos de sus “Barras” fueron las mías en el mágico Gol Norte de mi estadio, de mi hogar futbolístico.

Voy con Argentina porque el primer Mundial que conoció mi vida fue allí, en Argentina, en el año 78 del siglo pasado y allí, en El Monumental salieron campeones del mundo por primera vez los Kempes, Pasarella, Bertoni y compañía, en un partido que tengo grabado en VHS y no me cansaré de verlo jamás.

Voy con Argentina porque crecí como aficionado al futbol de selecciones con Argentina como alternativa de sueños a una selección española que jamás hizo nada, que únicamente fracasaba a cada mundial que iba. Me marcó a fuego, en lo más profundo de mi alma futbolera la Argentina de Diego, Valdano y Burruchaga en México 86, la “Bilardista” y vilipendiada finalista de Italia 90 y en USA 94, donde la veía campeona hasta que un desafiante Maradona fue expulsado por la FIFA.


Voy con Argentina por Diego Armando Maradona, el mejor futbolista que he visto en un campo de fútbol jamás hasta que apareció su paisano, al que le queda la guinda que Diego alcanzó, ganar un mundial, para al menos dudar y juzgar quien de los dos es más grande. Pero Maradona era Maradona. Diego lo era todo, era el fútbol, era su patria, era el sol de la bandera de Argentina y D10S en la tierra para los que amamos este deporte. Porque vi a Maradona jugar y vestir la gloriosa camiseta de mi equipo, y eso fue muy grande, porque al margen de su vida díscola, sus problemas e historias poco ejemplares para la sociedad, nunca analizaré a la persona, siempre me quedaré con el Maradona futbolista, el Hijo de Dios en la cancha futbolera y ése por muchos Di Stefanos (q.e.p.d.), Pelés, Cruyffs y Messis que aparezcan, ese sólo ha sido él, el 10 de la albiceleste, Diego.


Voy con Argentina también por Leo Messi, porque en la historia reciente del fútbol no he visto a nadie jugar igual, no pasa por su mejor momento, pero ahí está, en la final que cuatro años atrás jugamos nosotros los españoles, ahí está con el brazalete de su país y con la oportunidad histórica de convertirse en el más grande de la historia. Porque Messi además representa al antimadrismo, al deseo de que Argentina no gane porque es simplemente él, Leo Messi y juega donde juega, pero un servidor que ha oído tantas veces en boca de sabelotodos y profetas futboleros que Messi nunca será el mejor porque le faltará un mundial en su trayectoria, por ellos, por los tragabilis merengones y entendidos del noble arte futbolístico en general, por ellos me alegraría igual que por Messi que en la noche de hoy Leo levantará su primera Copa, su primer mundial para gloria del fútbol internacional y de su nación.

Voy con Argentina porque hay un futbolista que admiro en este mundial por encima de todos, porque soy seguidor de ese perfil de jugadores, de los que nunca son portada de periódicos, porque cuando yo jugaba y soñaba con ser futbolista era así, no era técnicamente bueno, la magia del fútbol no llegaba a mis pies, se quedaba en mi corazón, voy con Argentina porque mientras algunos se deslumbran viendo a Iniesta, Neymar, Messi o Agüero yo me fijo en gente como él. Voy con la albiceleste porque voy con MASCHERANO a muerte, el “Jefecito” le llaman, menudo jefazo, porque para mi es el alma y el escudo de esa selección, porque no manda Sabella, ni Leo, manda él. Javier es el auténtico amo de ese equipo, el habla, todos callan, el manda, todos obedecen. Mascherano metió a Argentina en la final del mundial y si lo gana, que ojala así sea, él será el hombre del mundial, sin marcar un solo gol posiblemente, sin ser portada de nada y sin protagonismo alguno, pero eso si, partiéndose el ano (como reconoció públicamente) ante Robben en una ocasión del neerlandés ante un gol inminente que les robaba la final, y sudando sangre, rompiéndose el alma y muriendo si hace falta por su país y su bandera.


Y porque no decirlo también, voy con Argentina por la prepotencia brasileña, porque creían que con payasadas y la ayuda de Dios triunfarían, creen que llegando en autobús cantando y bailando samba iban a ganar su mundial sin despeinarse, porque se mofaron de nosotros, de nuestro equipo, de nuestro escudo, de nuestros colores, de “La Roja”, cuan cruel fue aquella noche frente a Holanda en Salvador de Bahía, mientras Robben, Van Persie y Sneijder nos trituraban y ellos vestidos de amarillo canarinho nos pitaban, insultaban y vitoreaban el juego de los de Van Gaal con olés. Porque ganar Argentina en Maracaná un mundial es el verdadero “maracanazo” y porque deseo con todas mis fuerzas escuchar en la noche de Rio de Janeiro aquello de:

"Brasil, decime qué se siente, tener en casa a tu papá // Te juro que aunque pasen los años, nunca nos vamos a olvidar... // Que el Diego te gambeteó, que Cani te vacunó, que estás llorando desde Italia hasta hoy // A Messi lo vas a ver, la Copa nos va a traer, Maradona es más grande que Pelé”

Y si gana Alemania pues no pasa nada, ya me brindaron posiblemente los mejores minutos de fútbol que he visto en mi vida mundialista, en semifinales contra Brasil (1-7), si ganan los germanos enhorabuena a todos ellos, también lo merecen por la trayectoria que llevan en los últimos años que si no se hubiesen cruzado con España, quién sabe si no serían ellos los reyes del fútbol mundial como lo hemos sido nosotros hasta hace escasas semanas.

Si gana Alemania, no pasa nada pero yo, yo hoy 13 de julio de 2014, día en el que se celebra la final de la Copa del Mundo de Fútbol en Brasil, voy con Argentina.

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