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20 de marzo de 2013

Quiero, me apetece. Lo hago...



La vida en muchas ocasiones nos depara situaciones y nos enfrenta a escenarios donde, a veces, no sabemos como actuar, ni que papel tenemos que adoptar en la obra.

¿En cuantas ocasiones nos vemos en un punto, que aún apeteciéndonos hacer algo, pensamos tanto en ello, que el tren se pasa y no lo cogemos a tiempo?

Hay un momento en el que debemos de tomar las riendas de nuestra vida y dar pasos al frente, dejándonos guiar por lo que nuestra alma y nuestro corazón ordene desobedeciendo todo aquello que el cerebro y la conciencia creen que es lo correcto.

En la vida, como en tantas y ante tantas situaciones, hay dos tipos de personas.

Los cobardes y los valientes.

De los primeros poco se sabe, salvo ellos mismos sobre si. De los segundos casi todo lo conocemos.

El cobarde renuncia, el cobarde nunca ve la inmensidad del cielo porque no salta al vacío. El cobarde no disfruta, se frena, no avanza y hasta, a veces, agarra y sujeta a un valiente que necesita y desea tomar aire, respirar y vivir.


Yo fui un cobarde, en muchas ocasiones me faltó la valentía suficiente para asumir riesgos vitales y para disfrutar de todo aquello que la vida me ofrecía pero no me atrevía a poseer por temores absurdos que no conducían a nada, salvo a mi desilusión personal.

Pero hace años decidí cambiar de aires, descolgué mi disfraz de héroe y me lo puse, lo adherí a mi cuerpo y lo hice parte de mi piel, parte de mi ser y desde entonces sueño con un mundo lleno de gente valiente, de personas que luchan por sus sueños, que no renuncian a nada que les apetezca, que ven la botella medio llena y que transmiten el optimismo y las ganas de vivir que muchos, cobardes aún, no son capaces de adivinar.




Ser valiente te llevará a conocer personas espectaculares, vivir experiencias únicas y conocer lugares maravillosos.

Ser valiente te acercará al amor imposible, a la amistad inimaginable y te ayudará a soñar con lo que deseas y no, a imaginar lo que no sabes si tendrás algún día.

Soñar siempre antes que imaginar. Lo que sueñas es alcanzable, lo que imaginas probablemente nunca lo poseas.

Ser valiente te ayudará a ser feliz, a sentir cosas que nunca has sentido, a disfrutar de esa velada increíble que jamás pensaste que sucediera, de ese copa de vino eterna envuelta en miles de palabras o de esa noche pasional y mágica en compañía de alguien que te puede marcar para siempre.

¿Quieres? ¿Te apetece? Pues hazlo.

¿Porque no hacer aquello que quieres? ¿Qué o quién te lo impide?

Deja de hacerte estas absurdas preguntas y obedece a tu interior, a tu impulso más profundo y manda a tomar viento fresco a tu conciencia que posiblemente esté más cerca de la cobardía que tu corazón.

Quiero, me apetece. Lo hago.

Sin más.

La valentía es aquello que muchos desean y pocos poseen. Dar pasos hacia delante, querer, hacer y conseguir. Avanzar sin mirar atrás. La valentía está llena de dudas y temores pero la diferencia reside, en que un cobarde sucumbe ante ellos, y un valiente, los vence...

4 comentarios:

FPL dijo...

Éste blog me deja sin palabras, cuántas veces habre actuado cómo un cobarde... siempre dando paso a lo razonable y no a lo q el corazon me dictase, pero de nuevo saque el coraje y comprendí que era mejor cumplir sueños q no dejarlos en el tintero. Puede q muchas veces me equivoque, pero prefiero arrepentirme de lo q hago y no de lo q no fui capaz de hacer...

VIRGY VSC dijo...

Gracias por compartir este post. En estos momentos necesitaba leer algo así!

Aquí una cobarde que busca la valentía para dar el salto!

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